
El 7 de octubre de 1944, los sonderkommandos judíos (los prisioneros
mantenidos separados del resto y que trabajaban en la operación de las
cámaras de gas y hornos crematorios) de Auschwitz organizaron un levantamiento. El sentimiento de culpa de estos hombres,
que además reciben un 'trato de favor' por parte de los nazis, les
llevará a plantearse un motín como forma de redención. Las prisioneras
habían logrado extraer explosivos de una fábrica de armas y los
utilizaron para destruir parcialmente el crematorio IV y tratar de
escapar en la confusión. Los 250 prisioneros fueron capturados e
inmediatamente ejecutados.
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